Cada año actualizo mi lista de lecturas imprescindibles para gerentes de riesgos y segurosPensar en apuestas de Annie Duke es una nueva incorporación a mi lista. Un gerente de riesgos en mi equipo acaba de terminar de leerlo y utilizó RAW@AI resumir los puntos clave para los profesionales de riesgos. ¡Disfruta!
La vida es póker, no ajedrez
Nuestros cerebros buscan la certeza y resisten la idea de que la suerte influya en nuestras vidas, llevándonos a equiparar. decisión calidad con resultados. Preferimos que la vida sea como el ajedrez, con movimientos claros y resultados predecibles, pero es más como el póker, lleno de incertidumbre e información oculta. Las buenas decisiones aún pueden conducir a resultados negativos debido a factores desconocidos. Para contrarrestar esto, reconoce la incertidumbre y admite cuando no estás seguro. Reconoce el sesgo de retrospectiva, distingue entre resultados afortunados y decisiones bien fundamentadas, y ten cuidado con cognitivo armadillas. Como señaló John von Neumann, la vida implica faroleo y engaño, no solo respuestas claras y directas. Un gran decisión Proviene de un buen proceso que evalúa honestamente nuestro conocimiento, a menudo resumido como “no estoy seguro.” Aceptar la incertidumbre ayuda a evitar el dolor de estar "equivocado", aunque también significa perder la comodidad de estar "en lo correcto".
¿Quieres apostar?
Nuestras creencias son la brújula que guía nuestras decisiones, pero rara vez nos detenemos a calibrar esa brújula, asegurándonos de que realmente apunte hacia la realidad. Los humanos, por naturaleza, tienden a creer; somos criaturas crédulas. Cuando enfrentamos decisiones inciertas, debemos replantearlas como apuestas, fomentando una evaluación sincera de las alternativas, consecuencias y probabilidades. Toma al excéntrico jugador John Hennigan, cuya apuesta por vivir en Des Moines, por muy loca que sea, ejemplifica el poder del análisis lógico frente a una apuesta. Para afilar nuestro decisión-haciendo, debemos dejar de ver nuestras creencias como binarias, ya sean 100% correctas o incorrectas. En cambio, pregúntate a ti mismo: ¿apostaría a la verdad de esta creencia? Esto fomenta un espíritu de curiosidad y una búsqueda implacable de la verdad.
Muchas de nuestras decisiones son, en esencia, apuestas contra futuras versiones de nosotros mismos. Formamos creencias a menudo simplemente al escuchar algo, aceptándolo implícitamente como verdadero, y solo ocasionalmente molestándonos en evaluar su veracidad. Como especie, priorizamos la transferencia eficiente de información sobre su precisión. Una vez formadas, las creencias son obstinadamente resistentes al cambio, influenciadas por el razonamiento motivado y el sesgo de confirmación, todo impulsado por nuestro profundo deseo de mantener una narrativa positiva de uno mismo. Entonces, la próxima vez que te encuentres en una discusión, reconoce la incertidumbre que inevitablemente existe. Expresa tus niveles de confianza; no solo aumentan tu credibilidad, sino que también invitan a otros a unirse a ti en la búsqueda colaborativa de la verdad.
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3. Aprende honestamente de las decisiones pasadas
Para navegar las incertidumbres de la vida futura, debemos convertirnos en estudiantes de nuestras decisiones pasadas. Como un jugador de póker revisando su historial de manos, necesitamos distinguir entre los resultados impulsados por la suerte y los impulsados por la habilidad, ya que solo en estos últimos podemos esperar mejorar. Este es un juego complicado, ya que nuestras mentes son propensas a la autoengaño, atribuyendo a menudo los buenos resultados a nuestro brillantez y los malos resultados a pura mala suerte.
El aprendizaje efectivo, como cualquier búsqueda que valga la pena, requiere retroalimentación inmediata y la sabiduría para saber cómo aprender de ella. Considerar la acción de categorizar los resultados como habilidad o suerte como una apuesta crucial, una apuesta contra tus propios sesgos egocéntricos. Recuerda, más información y experiencia no se traducen automáticamente en mejores decisiones. Se trata de enfocarse en los resultados impulsados por la habilidad, aquellos en los que tus decisiones realmente importaron. No necesitas diseccionar cada decisión; aprendizaje de algunos se acumulará con el tiempo, como el interés de una inversión bien colocada. Y cuando otros tropiecen, aprende de sus experiencias con compasión, resistiendo la tentación de la schadenfreude. Cambiemos nuestro enfoque de sentirnos bien por los resultados a sentirnos bien por las lecciones que extraemos de ellos.
4. El sistema de compañeros
No estamos solos. decisión-creadores; prosperamos en compañía de otros. Para elevar verdaderamente nuestras decisiones, nos beneficiamos más al colaborar con un grupo cuidadosamente seleccionado. Piensa en ello como formar un “bien”. decisión un colectivo de mentes centrado en pensar en apuestas, buscando opiniones alternativas e iluminando los puntos ciegos de los demás. Pero como cualquier equipo exitoso, este grupo requiere aceptación mutua y opera bajo un conjunto específico de reglas.
La precisión, la responsabilidad mutua y una apertura genuina a ideas diversas son las piedras angulares de este esfuerzo colaborativo. Un grupo productivo necesita al menos tres individuos: dos para estar en desacuerdo y uno para actuar como árbitro imparcial. El énfasis debe estar en el pensamiento exploratorio, desafiando suposiciones, en lugar de simplemente confirmar creencias existentes. En este entorno, la aprobación social se otorga a quienes demuestran precisión y honestidad intelectual. El grupo se convierte en un sistema de apoyo, manteniendo a los miembros con los pies en la tierra durante los triunfos y enfocados durante los contratiempos. Adopta métodos como canales anónimos de disenso o "equipos rojos" para revelar fallos en el pensamiento convencional. La diversidad y la disensión no son amenazas, sino catalizadores del crecimiento. Cuando te enfrentes a la queja familiar sobre la mala suerte, redirige la conversación hacia la estrategia y los factores controlables, manteniendo un ambiente productivo y motivador.
5. Disentir para ganar
Decisión Los grupos alcanzan su máximo potencial cuando abrazan las normas de la ciencia, fomentando un entorno de investigación abierta y análisis riguroso. Si sientes que tu grupo no está funcionando al máximo, es probable que esté fallando en una de estas cuatro dimensiones cruciales.
Primero, la transparencia es primordial. Comparte todos los datos relevantes dentro del grupo y revela tu razonamiento, incluso si es menos halagador. En segundo lugar, aplique estándares uniformes a todas las ideas, independientemente de su origen. Separa la información en sí misma de la credibilidad percibida del mensajero. En tercer lugar, los conflictos de interés deben evitarse a toda costa. Concéntrate únicamente en las entradas que informan el decisión, protegiendo a los demás de tus opiniones personales para evitar que el sesgo se cuele. Por último, abraza la incertidumbre y exprésala abiertamente. Lidera con asentimiento, construyendo sobre la información existente en lugar de derribarla. Busca un acuerdo temporal en aras de la búsqueda de la verdad, y mantén las discusiones centradas en las acciones futuras y las mejoras. Al adherirse a estos principios, su decisión Un grupo puede transformarse en un motor poderoso de la inteligencia colectiva.
6. Domina el viaje mental en el tiempo
Para tomar decisiones más sabias, debemos considerar no solo quiénes somos hoy, sino también quiénes éramos ayer y quiénes aspiramos a ser mañana. Esta perspectiva integrada nos ayuda a equilibrar nuestro optimismo natural, asegurando que nuestros objetivos estén basados en la realidad, y nos impulsa a crear planes de contingencia reflexivos para cuando ocurra lo inesperado. Se trata de aprender del pasado, tanto de sus triunfos como de sus fracasos, para navegar en el presente y moldear un futuro mejor. En esencia, al abrazar nuestro pasado, presente y futuro, nos volvemos mejor equipados para tomar decisiones que nos sirvan no solo en el momento, sino también a lo largo del vasto paisaje de nuestras vidas.
7. Juguemos en el arenero
Annie Duke aboga por la creación de un ‘sandbox’ – un refugio seguro donde podamos experimentar con decisiones sin temor a repercusiones significativas. Este espacio nos permite trastear, aprender y, en última instancia, refinar nuestro decisiónhabilidades para hacer. En esencia, se trata de practicar en un entorno controlado, como un niño explorando el mundo de manera segura dentro de los límites de un arenero. Al adoptar este enfoque, reconocemos que la vida no siempre se trata de tomar la decisión 'correcta', sino de aprender y evolucionar continuamente a través de prueba y error.
8. El poder de decir "No Sé"
Nuestras mentes a menudo anhelan la ilusión de control, resistiéndose a la idea de que el conocimiento tiene sus límites. Anhelamos un mundo donde cada pregunta tenga una respuesta definitiva, pero la realidad es mucho más matizada. Abrazar el poder de "no sé" es un acto de humildad intelectual que desbloquea un mundo de posibilidades. Al reconocer nuestras propias incertidumbres, nos abrimos a la fuerza transformadora del aprendizaje, la colaboración y, en última instancia, a tomar decisiones más informadas. Es un escudo contra los peligros de la sobreconfianza, allanando el camino para una comprensión más profunda del mundo que nos rodea. En la intrincada danza de la vida, admitir la ignorancia no es un signo de debilidad sino más bien un testimonio de nuestra disposición a crecer y evolucionar.
9. Remodelar los patrones de pensamiento habituales
La mente humana, aunque capaz de hazañas notables, a menudo se aferra a patrones de pensamiento familiares, incluso cuando nos llevan por mal camino. Liberarse de estos hábitos y sesgos arraigados que nublan nuestro juicio puede ser una tarea hercúlea. Duke nos recuerda que el cambio es posible, ofreciendo una hoja de ruta para reprogramar nuestro pensamiento. Ella nos insta a cultivar nuevos hábitos centrados en aceptar las incertidumbres inherentes a la vida, abordar cada situación con una mente abierta y mantener un compromiso de por vida con el aprendizaje. Al desafiar nuestras suposiciones y acoger nuevas perspectivas, podemos navegar las complejidades de decisión-haciendo con mayor claridad y sabiduría.
10. La mentalidad probabilística
Pocas cosas en la vida son seguras. El capítulo final nos invita a aceptar esta incertidumbre inherente adoptando una mentalidad probabilística. Duke nos anima a hacer un hábito de contemplar las innumerables posibilidades que pueden surgir de nuestras decisiones. Este enfoque transforma la incertidumbre de una fuente de ansiedad en una oportunidad de crecimiento. Al reconocer el espectro de resultados potenciales, nos volvemos más adaptables y resistentes para navegar las corrientes impredecibles de la vida. Se trata de reconocer que el mundo rara vez se desarrolla en línea recta, y que la verdadera fuerza reside en nuestra capacidad de aceptar lo desconocido con gracia y flexibilidad.
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